Crear un plan de trading propio y ajustado a las características particulares de cada trader y ser fiel al mismo. Esto quiere decir saber e identificar el por qué nos ha llevado a operar una posición en el mercado, así como respetar los niveles de beneficio y pérdida o reglas de entrada y salida.
Utilizar un sistema con reglas simples. Identificar soportes, resistencias, líneas de tendencia, medias o retrocesos, junto con el análisis fundamental y situación económica que afecta a cada divisa puede ser suficiente para conseguir rentabilizar nuestra cuenta de trading.
Adaptarse a los cambios del mercado. Si la tendencia del mercado está cambiando no dudemos en unirnos a ella. No debemos aferrarnos a una posición perdedora.
Seguir la tendencia. Para las posiciones largas hay que comprar arriba y vender más arriba y al revés para las posiciones cortas. Hay que descartar adivinar giros. Identificar la tendencia bien definida de fondo y operar a favor de ella.
Comprar en mercados alcistas y vender en mercados bajistas. Es una regla básica y simple. Una vez identificada la tendencia es la mejor opción de la que disponemos independientemente del resultado de nuestra operativa. El hecho de operar por tiempo muy corto en contra de la tendencia a la larga puede resultar desastroso psicológicamente y en nuestra cuenta de resultados.
Definir los stop loss. Hay que darle margen al mercado para que se mueva por lo que no hay que colocar los stop loss muy ajustados. Hay que identificar los niveles dónde colocar la posible pérdida ya sea por un valor fijo o mediante análisis técnico.
Asumir pérdidas. Puesto que forman parte de toda operativa rentable. No debemos tomar la revancha al mercado ni tener siempre la razón. Si una operación ha resultado perdedora se cierra y se asume la pérdida. El mercado ofrece muchas posibilidades y debemos estar preparados emocionalmente para la siguiente operación sin afectarnos dicha pérdida. Si consideramos que la racha de pérdidas está yendo en aumento es mejor parar la operativa y volver a replantear nuestro sistema de trading.
Gestión monetaria. Debemos respetar nuestros límites de riesgo y ser consecuentes con el tamaño de la orden con el que vamos a entrar en el mercado. Podemos respetar nuestro riesgo muchas veces pero si una sola ocasión asumimos más riesgo del que soporta nuestra cuenta de trading y del que soporta nuestro humbral mental nos puede costar muy caro.
Paciencia fuera y dentro del mercado. Una vez tomada la decisión de entrar en el mercado debemos ser pacientes con el sistema y con la operación, no buscamos que la operación nos afecte emocionalmente tanto si va en un sentido u otro, y darle tiempo al mercado para que el movimiento se vaya desarrollando. Como ejemplo, en nuestro servicio de señales, la duración media de las operaciones está alrededor de 5 días, llegando en algún caso a más de 2 semanas. Si por el contrario no se dan las condiciones para entrar simplemente no entramos.
Maximizar las ganancias. El objetivo de beneficio, por lo general, debe estar a una distancia mayor de lo que lo está el stop de pérdidas. Podemos utilizar un valor determinado, es decir, una relación riesgo-beneficio de 1 a 2 o 1 a 3, o intentar encontrar en el gráfico un punto o nivel donde pueda agotarse el movimiento a favor. Hay que salir del mercado a tiempo ya que intentar coger toda la tendencia es casi imposible. Suele pasar que cuando la tendencia está prácticamente agotada muchos inversores están entrando a favor.
Evitar aumentar las posiciones perdedoras. Si el mercado se va en contra de nuestra posición no debemos operar en contra de la tendencia. Puede resultar un método que puede generar mucho beneficio en el corto plazo y de forma muy rápida pero en el largo plazo es una receta perfecta para perder. En todo caso aumentar las posiciones en los retrocesos de la tendencia principal.
Ser honesto con uno mismo. Hay que reconocer cuando nos equivocamos y no querer ni forzar una operación ni pedir revancha al mercado. Cuando nos equivocamos hay que reconocer el error e intentar analizar el por qué lo hemos cometido. Recordemos que el mercado siempre tiene razón.
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